– El Primer Paso – Debido a que la enfermedad más grande que existe es una condición espiritual y las almas perdidas están condenadas al infierno, el primer paso para ser redimido del pecado y la maldición de la enfermedad es confesar tus pecados y entregar tu vida a Jesucristo. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). En este momento, si nunca le has pedido a Jesucristo que sea tu Señor y Salvador, haz esta simple oración y dirígela desde tu corazón.
Amado Padre Celestial, vengo ante Ti en el nombre de Jesucristo. He examinado mi corazón, y reconozco y admito que he pecado contra Ti y Tu Palabra. Tu palabra dice, en Romanos 10:9-10, “Si confiesas con tu boca, al Señor Jesús, y crees en tu corazón, que Dios lo ha resucitado de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree en justicia, y con la boca se confiesa para salvación”. Dios Padre, creo en mi corazón que Jesucristo es el Hijo de Dios. Creo que Él murió en la cruz para salvarme de mis pecados, fue al infierno en mi lugar, resucitó tres días después, y está vivo y sentado a tu lado derecho en el cielo. Jesús, perdóname todos mis pecados. Gracias, por salvarme del pecado, del infierno y de mí mismo. Te pido que entres en mi vida para ser mi Señor y Salvador. Gracias por amarme y aceptarme tal como soy. En el nombre de Jesús oro, amén.
Si has orado esta oración desde tu corazón, entonces has dado el primer paso para ser redimido del pecado y de la maldición de la enfermedad y la enfermedad. El primer y más grande milagro, la salvación, ha tenido lugar dentro de tu espíritu.
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